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Este blog fue creado con la intencio de acercarlos a la magia y fantasia del reino de los titeres y las marionetas ,ademas los invito a conocer a los titeres del teatro TAURO y las actividades que realizamos.Bienvenidos y gracias por visitar nuestro blog.

sábado, 9 de febrero de 2013

MARIONETAS Y TITERES DEL MUNDO..HISTORIA

En China, en el año 1000 a.C. las marionetas gozaban de tanta fama que se
utilizaban en los espectáculos de la corte, no se trataba sólo de una distracción, sino de
un arte mágico. En la marioneta podía encarnarse un espíritu para hacer el bien o el
mal. En la India tienen su origen mucho antes de nuestra era, podía ser incluso anterior
al teatro de actores. Unos músicos acompañaban la historia que se cantaba o narraba.
En Japón, el bunraku, es un nombre moderno para un teatro con más de mil años. En
Java y Bali, el teatro de sombras se manipulaba con figuras articuladas, el karakoz,
como en Turquía y Grecia.
El teatro de marionetas occidental parece que tiene su origen en la civilización
egipcia ya que en Antinoe, una ciudad construida junto al Nilo, apareció un diminuto
teatro en el que se podían ver restos de cuerdas que servían para mover las figurillas
articuladas de marfil. Este teatro estaba destinado a expresar un rito mágico religioso.
Heródoto, en el siglo V a.C., habla de figurillas articuladas movidas por alambres y
Jenofonte hace una descripción de una visita suya en el año 422 a.C. a la casa del
ateniense Callias que tenía contratado un marionetista de Siracusa para distraer a sus
huéspedes, estos espectáculos también se representaban en plazas públicas. El primer
titiritero conocido fue Photino.
En la Edad Media se utilizaban los títeres de hilo y los títeres de plancha que
iban atados a las rodillas y se movían con las piernas. Más adelante se utilizaron los
títeres de guante y las funciones se hacían en unos teatrillos en forma de castillo.
Unos espectáculos muy especiales se organizaban en la plaza de San Marcos en
la Venecia del siglo XVI donde presentaban mediante un teatro de marionetas la
última moda de París. La iglesia católica prohibió la glamourosa costumbre.
Cuando en Europa nacieron las óperas, las marionetas también tuvieron las
suyas. La primera ópera para marionetas fue escrita por Acciajuoli, célebre diseñador,
matemático y poeta que en 1670 debutó en Florencia y durante años recorrió Italia
con sus espectáculos mientras que Christophe Gluck compuso una ópera para
marionetas con el fin de divertir a sus protectores. Pero fue Josef Haydn quien, por
encargo del príncipe Esterházy de Hungría, compuso siete óperas de las que sólo se
conservan dos: Philamon und Baucis (1733) y El Incendio (1775‐1778).
Actualmente en Salzburgo, Praga, Berlín y muchas más capitales europeas se
ofrece un variado repertorio de las óperas de Mozart En España, a finales del XVI, debían ser muy populares las funciones con
marionetas como señala Cervantes en el Quijote igual que en Italia las obras dei pupi.
En Sicilia se representaban en almacenes que disponían de bancos de madera para
albergar a doscientos espectadores en los de Catania y cien en los teatritos de
Palermo. Los pupi tratan temas caballerescos basados en el ciclo carolingio que se
interrumpían en Navidad y Semana Santa para interpretar teatro religioso. Los
personajes representados por marionetas fijaban modelos de comportamiento:
rectitud, honor, coraje, fuerza, lealtad, justicia... Hoy todavía se pueden contemplar
estos espectáculos en Palermo y en Cefalú.
A partir del siglo XVII surgieron títeres que, por su popularidad, consiguieron
quedar fijados dentro de la historia de la cultura universal como el Punch and Judy
inglés, el Guiñol francés, el Pucinella italiano, los bonifaces o bonecos portugueses y el
titella catalán entre otros.
La naturaleza trashumante de los titiriteros y su constante paso de un país a
otro y de un continente a otro contribuyó a la expansión de varias formas de títeres
que, recogiendo la idiosincrasia de cada pueblo, se adaptaban a su cultura.
La posición favorable conseguida por las marionetas en los siglos XVII y XVIII
traspasó su influencia al siglo XIX cuando, a pesar de ser un arte marginal, despertó el
interés de los intelectuales y los aristócratas.
Ya en el siglo XX, Manuel de Falla escribió El Retablo de Maese Pedro, basado
en la segunda parte del Quijote, por encargo de la princesa de Polignac. La obra se
estrenó en el teatrito que la princesa poseía en su palacio de París en junio de 1923.
Los espectáculos con marionetas, “títeres de cachiporra”, eran también
habituales en las veladas que organizaban Federico García Lorca y Manuel de Falla en
sus respectivas casas.
En Castellón, el verano de 1939, Manuel Segarra Ribés, un farmacéutico
aficionado a la literatura, escribió un regalo muy especial para su hijita Asunción, un
cuento con marionetas que él mismo construyó. El cuento se titulaba La filla del Rei
Barbut y está basado en la obra Tombatossals de Josep Pascual Tirado, una obra
narrativa que muestra los orígenes mitológicos de la Plana de Castelló.

FUENTE: Fiesta cultura revista especializada en teatro de calle y fiesta nº34primavera2008

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